Del 11 de febrero de 2021 al 29 de abril de 2022

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La RAE define la palabra SOLITUD (Término en desuso, del lat. solitüdo = soledad) como «carencia de compañía o lugar desierto».

Actualmente, se utiliza en su lugar, soledad. En catalán solitud es el equivalente a soledad en castellano.

Personalmente entiendo la palabra solitud distinta de la palabra soledad.

Soledad es un término que hace referencia a algo más físico, de falta de compañía, de aislamiento muchas veces no deseado.

Solitud en cambio lo entiendo como un estado de aislamiento mental, interior, (buscado y requerido) que puede coincidir con una soledad absoluta o rodeado desemejantes.

En casi todos los campos de la creación se requiere de ese estado de aislamiento interno, necesario para establecer una comunicación integra con la obra que se está creando y que demanda máxima concentración. En mi estudio, generalmente en soledad, me entrego al ejercicio de la solitud para comunicarme con las obras que estoy creando o para escuchar a otras que ya están terminadas pero que se comunican conmigo y con las otras obras a su vez, y es en alguno de esos momentos de solitud, cuando si profundizas un poco más, si logras abstraerte de todo lo que te rodea, adentrarte más en ti mismo, si escuchas el silencio, puedes llegar a contemplar tu propio ser, individual, único y a la vez insignificante con respecto al todo.

Es en este ejercicio de sumergirse en la contemplación de uno mismo, de conocerse con respecto al todo y volver a la superficie de la cotidianeidad; de transitar por el lugar desierto y regresar al ágora, se tiene la necesidad de hacerse poroso, permeable, estar abierto al roce, al intercambio de ideas con nuestros semejantes, abandonar el desierto y volver deseoso de “abrazarse” de fascinarse con los seres vivos y la naturaleza que nos rodea y de romper la coraza de prejuicios que nos construimos a lo largo de la vida.

 

Manuel Velasco, en sus nuevas series, en las que está trabajando actualmente, realiza una reflexión sobre la materia, y estudio de texturas, utilizando soportes y materiales (hierro micrónizado, etc…) con los que busca conseguir unas determinadas texturas, grietas, desconchados y colores intensos o desvaídos por el tiempo. La presencia de la naturaleza y el límite entre la figuración y la abstracción es una constante en la mayor parte de sus obras, a veces de manera evidente, otra tan solo subyace. Es una frontera muy delgada, apenas inexistente, que se traspasa por pequeños detalles, matices y percepciones.

 

Su serie Telón de Acero, es símbolo y representación de esas corazas que construimos como individuos, como colectivos y sociedades. Muros, telones, planchas de acero con filtraciones, deteriorados, perforados, porosos y permeables, como alegorías de la necesidad de romper esas barreras colectivas e individuales y dejarse permear por lo otro, por los otros, tomar conciencia de especie y nuestra posición en el todo universal.

Las imperfecciones, las marcas del paso del tiempo, las grietas, los lugares de penumbra, las filtraciones y perforaciones sobre esos muros.  Ser permeables y porosos para comunicarnos, con el todo, presente y pasado a través del arte.

 

Manuel Velasco (Valladolid, 1966). Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca. Ha expuesto en Cáceres, Lisboa, Madrid, Barcelona, Amberes...

Participó en repetidas ocasiones en ferias como Foro Sur, Artesantander, ARCO, Frankfurtart, Maco, etc. Su obra se encuentra en colecciones tales como: Fundación Coca-Cola, Caja de España, Diputación de Alicante, Juntas de Extremadura y Castilla y León, Ejercito del Aire, Acor, Villalar...

 

 

 

 

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